Que no ubiese dado Sara, por no despertar jamás de ese sueño maravilloso, simplemente maravilloso, que no ubiese dado para que él no desapareciera nunca de su lado y la besara lentamente. Es deprimente estar en el mejor momento de tu vida, y que simplemente, desaparezca.
Esa noche, Sara dio vueltas y más vueltas en su cama, de pronto tenía mucho calor, de pronto mucho frío, de pronto todo le molestaba, vueltas y más vueltas y nada de sueño. Muy tarde, o mejor dicho muy temprano en la mañana, logró dormir, pero no hubo sueño alguno, solo un descanso agobiador interrumpido por el despertador.
Mal humor todo el día, tristeza y el mundo sobre sus espaldas, no pudo contenerse, lloró, pensando que era una estupidez llorar por algo irreal, por algo que solamente estaba en su cabeza, pero era tan real y tan perfecto, aun así no podia dejar de pensar en lo estupida que era, casi sintiendose enamorada de un hombre que ella misma había imaginado, esperando por él toda una noche, como una damicela espera a su principe azul en el balcón de una torre.
Esa noche se durmió, cansada de llorar toda la tarde, y hambrienta por no haber comido nada de nada...
Esta vez estaba vestida enteramente de negro, en una pieza vieja, ruinosa y húmeda, crecia musgo en las paredes, las ventanas sucias estaban rotas y la única puerta que habia estaba caida, y ella misma estaba andrajosa y desarreglada, sentia la presión del hambre en su estómago, y la palpitación de su cabeza dolorida.
Se dejó caer en una esquina sucia lentamente hasta el suelo, miró sus pies descalzos y enrojecidos por el frio. De pronto por los espacios en los vidrios quebrados entró una luz cegadora, tanto que tuvo que protegerse los ojos, cuando todo cesó, él estaba ahí, de pie junto a ella, vestido inmaculadamente de blanco, parecía brillar entre tanta oscuridad, Sara se levantó de prisa y lo abrazó, pudo sentir su calor, su corazon palpitante y el fino cabello de él, en su propia frente helada, entonces el tomó su delicado y pálido rostro entre sus tibias manos, la besó como nunca nadie en la vida real la habia besado, luego se separaron y el susurró en su oido
"Te extrañé...nunca más me dejes...nunca más me olvides"
Sara trató de articular palabra, pero nu hubo caso, simplemente sintío sus lagrimas pesadas sobre sus mejillas, lo abrazó lo mas fuerte que pudo, y así estuvieron hasta que llegó el amanecer, entonces el dijo
"Es mas real de lo que parece"
Y todo desaparecio...
Entra en mi mente...
En un mundo lleno de cosas vivas y palpitantes es imposible guardar todos mis pensamientos para mi...
Es por eso que e decidido...compartirlos...
Gracias por leerme, Disfruta.
Atte Initius E. Lucis
♫
Cosas de un sueño... (III)
Author: Gen ~ /
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