Entra en mi mente...

En un mundo lleno de cosas vivas y palpitantes es imposible guardar todos mis pensamientos para mi...

Es por eso que e decidido...compartirlos...

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Atte Initius E. Lucis

Detras de la escalera (cap.II)

Author: Gen ~ /

II. La sombra de Paulo

- ¡Oye!, psss- decía una voz. Extrañamente Paulo medio dormido la oia exactamente como su voz- Paulo, pssss- Paulo no comprendía, era su voz despertándolo insistentemente, no quería despertar.

- ¡Pff! Este duerme más que el abuelo ¡Despierta!- Paulo fastidiado decidió abrir los ojos, esperaba estar en la cama, en la habitación que había sido de su padre, todo habría sido un sueño seguramente, pero no, estaba aun en la sala blanca vacía e iluminada, y nuevamente su sombra cubría las 4 paredes inexplicablemente.

- - Ya era hora! Me aburría de no hacer nada- Paulo giró para ver que hablaba con su voz, pero no violada mas que el negro pasillo y su sombra, aun decía estar soñando

- ¿y ahora? ¿no piensas hacer nada? ¿caminar? Mira que si no haces nada mejor me voy y te quedas solo- Paulo estaba desconcertado nadie estaba con el y sin embargo alguien hablaba.

- ¿Q, q…qui…en es?- dijo Paulo con un hilo de voz, parecía que nada salía de su garganta.

- ¿Como que quien? ¿Es que no me vez Paulo?, pues si es que no me ves es porque debes estar ciego pues yo estoy aquí y te estoy mirando, entonces tu también debes estar aquí ¿no?- dijo la voz misteriosas desde algún lado.

- ¿eh?

- Amigo, eres mas tonto de lo que pensaba, en esta habitación estas tu y tu sombra partida en 4, entonces si hay tu y esas 3 otras cosas no están hablando queda solo una opción y aquí estoy.

- ¿eh?- dijo Paulo, a Paulo nunca le gusto mucho eso de hablar- ¿es mi sombra la que habla?

- ¡Bravo!

- ¿Cómo puede ser?

- Obviamente, Paulo, compañero sabes poco de la vida y de las sombras como todos los hombres, ¿crees que estamos allí de adorno? Pues no, vivimos mientras tu vivas claro, y hablamos también siempre y cuando tu no lo haces claro esta, pero nunca nadie quiere escucharnos, creo que ustedes le dicen a nuestra voz “conciencia” o algo parecido…en fin ¿Qué hacemos ahora? Supongo que no nos quedaremos aquí toda la eternidad, habrá algo interesante que hacer allá afuera ¿no crees?-Paulo pensó que su sombra hablaba mucho porque tenia la voz todo el tiempo para el.

- Vamos entonces compañero- dijo la sombra, y Paulo obedeció, camino a la negra puerta por el oscuro pasillo corto y giro el pomo dorado, afuera estaba igual que antes, oscuro y frío. Camino a la derecha y giro la brillante esfera, la puerta cedió al instante, un camino blanco comenzaba justo allí, Paulo comenzó a caminar, cerro la puerta tras el, miro a su alrededor, era un paisaje de cuentos, estaba parado sobre un largo piano, en realidad sobre las teclas de uno, no había nada por ninguna parte solo nubes lejanas y esponjosas, el cielo parecía de atardecer, se acerco al borde del teclado para mirar abajo, el gran camino de piano flotaba en el cielo y allá abajo había un verde prado. Al caminar un sonido distinto salía de cada tecla y avanzando se hacia una tenue y agradable melodía, mas adelante el camino giraba, subía y bajaba y era lo bastante largo para no saber donde terminaría.

- Yo tengo hambre, deberías comerte esa naranja que tienes ahí- Paulo había olvidado la naranja de nuevo, y a voz de su sombra, recordó que tenia hambre también. Paulo siempre olvidaba cosas importantes, se sentó en una de las teclas negras que sobresalían de las demás, comió 4 gajos mas, el camino se veía largo y nunca se sabe cuando se acordaría que tenia hambre otra vez, aun tenia sueño, bostezaba continuamente, los ojos se le cerraban, se quedaría dormido otra vez y no podía hacer nada. Lentamente su cuerpo resbalo y recostado entre dos teclas negras se durmió…

- No otra vez…ou…- escucho la voz fastidiada de su sombra muy cerca de su oreja.

Algo tibio y gelatinoso le tocaba la nariz, era agradablemente molesto…

- ¿debería despertar ya?-dijo una voz aguda como de niño pequeño. Paulo no entendía porque nadie lo dejaba dormir en paz, el disfrutaba tanto dormir y nadie lo comprendía, pobre de Paulo.

- Es que en su familia son todos así-dijo su propia voz cerca de su oreja-duermen sin parar y sin descanso…

- Ohm-dijo la otra voz, la cosa extraña que le tocaba la nariz se sentía como meter la punta del dedo en agua tibia.

Paulo abrió los ojos y vio una cosa negra enfrente de el, se sobresalto y se levanto rápidamente, un poco aturdido. La cosa negra parecía un niño pequeño, mas bien la silueta de algo que parecía uno, unas cosas negras se desprendían de el de vez en cuando, en la cabeza donde debían estar los ojos habían dos agujeros que daban al otro lado, el cosa-niño-negro parecía haber olvidado que estaba con Paulo pues corría dando saltitos de aquí para allá haciendo una alegre melodía y reía como un bebe cuando una nota desafinaba, donde debía estar la boca había un agujero que se abría cuando el niñito reía. Pulo lo observo durante unos minutos sin decir, a Paulo que era de pocas palabras, no le gustaba iniciar conversaciones.

- ¡ven! ¡vamos!-dijo riendo el niño-cosa-negra y corrió dando saltitos derecho hacia delante, Paulo se quedo quieto.

- Yo creo, que deberías moverte, yo quiero ir allá pero si no te mueves no puedo además…

- Hablas mucho- le interrumpió Paulo que comenzó a correr detrás del niño-cosa-negra, hacían muchas extrañas melodías en el aire.

- ¿y quien eres?-le dijo la cosa negra a Paulo, pero antes de que alcanzara a contestar el niñito siguió hablando-yo soy una sombra, era de un niño que se perdió en el mercado y yo también me perdí, no se como llegue aquí- de vez en cuando soltaba risitas de bebe que resonaban en el cielo y hacían juego con las extrañas melodías de sus pies-¿Cómo te llamas?

- Paulo- dijo con voz agitada de tanto correr- ¿y tu? Ahhhhhh!- Paulo había dejado de correr, pues caía por el cielo, arriba se veía el final del camino, y arriba de el, la cabeza asomada de niño perdido

- YO ME LLAMO HANNGRELL!- gritó

Antes de que Paulo reaccionara ya estaba rebotando en el suelo, el piso era suave y blando como un colchón, se quedo quieto, muy cómodo en el verde pasto de la colina.

- no fue tan malo como pensé- dijo su sombra detrás de el. Paulo miro su reloj, eran las 4:17 AM.

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